lunes, septiembre 03, 2007

El sexo y la iglesia. (La rebelión de los peques)

Me pregunto por qué motivo la iglesia le tiene tanta aversión al sexo. He encontrado algo que puede dar una explicación al menos parcial. Y ciertamente curiosa.

En primer lugar hay que considerar que los lazos de sangre son mucho más fuertes que cualquier otro lazo entre personas. La colaboración que se ofrece a los parientes, la facilidad con que se perdona sus ofensas no tiene parangón, aunque a muchos les gustaría y es frecuente que las instituciones que buscan o tienen poder traten de reproducir en sí mismas los lazos familiares proclamando que todos sus miembros son hermanos, que forman una gran familia, etc., incluso tratando de separar a sus miembros de su familia real, como es el caso de las sectas.

Dentro de la familia, cuando se quieren reforzar estos lazos, se buscan los matrimonios entre primos de modo que las familias de los dos cónyuges ya tienen intereses genéticos comunes.

Es lo que sucedía en la Europa feudal y algunas familias tenían mucho poder. Pues bien, la antropóloga Laura Betzig ha demostrado que las reglas eclesiásticas medievales sobre la práctica sexual y el matrimonio estaban dirigidas a minar las dinastías familiares. Estas, para no dividir su poder, debían entregar la herencia al primogénito, y al resto de hermanos se les mandaba a que se buscasen la vida, generalmente en el ejército o en las órdenes eclesiásticas, y la iglesia se llenó de hermanos pequeños que hicieron reglas para dificultar la tenencia de hijos legítimos. De no haberlos, las propiedades del padre difunto pasaban a la iglesia.

Algunas de estas reglas eran que un hombre no se podía divorciar porque su esposa no pudiera tener hijos, que no se podía adoptar, que no valían los hijos extramaritales, una exageradísima ley del incesto que prohibía casarse con parientes en grado menor que el séptimo, y la prohibición de tener relaciones en diversos días: antes de Navidad, los ocho posteriores a Pentecostés, los miércoles, viernes y domingos, las fiestas religiosas, los días de ayuno, cinco días antes de la comunión y uno después: en total, unos ocho meses al año.

2 Comments:

Blogger pez said...

Muy interesante

Pero eso viene de antes, Maria y Jose eran virgenes por motivos religiosos.

3/9/07 14:24  
Blogger Esscarolo said...

Sí, de acuerdo, -aunque no entiendo muy bien.

Saludos.

4/9/07 18:31  

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