martes, junio 27, 2006

Cuidadín, cuidadín.














Clic en la imagen para agrandar

Libertad y determinismo

Creía ser libre hasta que me topé con el determinismo. Si todo (más o menos) está determinado, si no puedo hacer otra cosa que lo que hago porque “todo está escrito”, si mis actos son el resultado una cadena causal que se pierde en el albor de los tiempos, ¿dónde queda mi libertad?, ¿dónde el “yo” que decide?

Pero entonces, como respuesta, me hago otra pregunta, ¿Qué escenario imagino diferente a este en el que pudiera afirmar mi libertad? ¿Acaso uno en el que los eventos no tuvieran causa? Pero lo que no tiene causa surge por azar. ¿Sería más libre si mis elecciones y decisiones se produjeran por azar, como lanzando un dado o una moneda? La respuesta es no. Después de todo reconozco que si me preguntan porqué he tomado tal o cual decisión generalmente, si no siempre, sabré de mis motivos. Así pues, que mis actos tengan causa no me impide considerarme libre.

Hasta ahí la cosa va bien. Lo cierto es que prefiero pensar que soy libre y me gustan más los argumentos que apoyan la libertad que los que la niegan, pero no me voy a dejar llevar de mis preferencias, estoy en pos de la verdad y la admitiré sea cual sea, aun a regañadientes.

Y reconozco que se me clavó una espina. Si todo está escrito, todo está escrito, pero todo, todo, todo. ¿Y dónde está todo, todo, todo, escrito? en la biblioteca de Babel, descrita por Borges. Recordemos: todos los caracteres de imprenta combinados de todas las formas posibles en volúmenes de cuatrocientas páginas. Una biblioteca descomunal, todo lo que se ha escrito, todo lo que se escribirá, la vida de cada ser que ha vivido narrada con todo detalle desde el mismo origen de los átomos que lo componen, una pasada. Pero también mil otras versiones de todas esas vidas con ligeras o gruesas desviaciones de la realidad. Y la vida de millones y millones que nunca existieron. Cualquier cosa que encontrase que no supiese ya de antemano ¿cómo podría discernir si era verdadera o falsa?, simplemente no podría. Que esté todo implica que nada está, que la biblioteca de Babel no proporciona información alguna. Sin un bibliotecario conocedor que encontrase para mí la historia de mi vida seguiría siendo libre.

Aceptemos que en el albor de los tiempos (condiciones iniciales del sistema) está todo escrito, no como en la biblioteca que está infestada de paja, aquí no sobra nada, alguien que conociera el estado inicial, las leyes que lo rigen, las influencias externas o aleatorias que puedan incidir en el futuro, podría calcular mi futuro con total precisión, ya no me podría considerar libre, pero como en el caso del bibliotecario tal ser no existe, sólo a posteriori podemos decir: si ha sucedido es porque tenía que suceder.

Y así se nos va colando un elemento que reconocemos e incluimos en nuestro concepto de libertad. Primero restrinjámoslo a su justa medida. Debo reconocer que no puedo volar ni pesar tres toneladas, luego no soy libre de volar ni de pesar tres toneladas, tampoco puedo hacer algunas cosas prohibidas por la ley, por ejemplo robar indefinidamente, puedo robar una, dos, tres veces, pero tarde o temprano me cogerán y me impedirán seguir robando. Así que debo hablar de libertad en relación a lo que puedo hacer. Soy libre de hacer algo si puedo hacerlo. Y ahora es cuando se nos cuela el elemento nuevo del que hablaba. El bibliotecario, el ser que sabe de antemano lo que haré y no haré. De cara a ese ser no soy libre, si existiera no lo sería, afortunadamente no existe (a menos que se crea en un dios omnisciente), pero no hace falta saberlo todo para poder predecir lo que haré. Si alguien sabe que yo haré algo, entonces, de cara a ese no soy libre de hacerlo o no hacerlo. Pongamos un ejemplo saltándonos el segundo integrante de la definición, el poder hacer. Supongamos que amenazo al mundo, si no me hacen emperador de la Tierra destruiré el sistema solar. Habrá muchos que dirán, no cuela, es imposible llevar a cabo semejante amenaza, y por tanto pasarán olímpicamente de mí, pero habrá otros que se crean mi bola y piensen que sí puedo destruir el sistema solar y por tanto es mejor hacerme emperador, de cara a ellos soy libre de destruir el sistema solar. No saben que no puedo.

Así para unos seré libre y para otros no. Para mí mismo no lo seré porque sé que no puedo. Pudiera creer que sí puedo, entonces para mí sería libre, no para los loqueros que me pusieran la camisa de fuerza.

Así pues, libertad de un sujeto para llevar a cabo o no una acción en relación a un observador.

Bueno, todo vuelve a su cauce, ya sólo me queda una pregunta por responder, de acuerdo, hay decisión libre, pero ¿soy yo el que decido? ¿no será acaso un proceso de computación neuronal el que decide por mí? La cuestión es cómo entendemos “yo”, por un lado, y por otro, cómo entendemos “causa”. Yo soy mi mente: memoria, consciencia, emociones, personalidad… todas esas cosas componen mi mente y son las que me definen como el ser diferenciado que nombro como “yo”. Todas esas cosas tienen un correlato material en mi cerebro y mi sistema nervioso, hormonas, neuronas, neurotransmisores… ninguna de las dos es anterior a la otra, y toda causa es anterior al efecto, luego ninguna puede ser causa de la otra, son dos niveles de abstracción para hablar de lo mismo. Mientras mi cerebro procesa información yo pienso, si mi cerebro decide, mi mente decide, yo decido.

Biennnn, entonces, en alguna medida, soy libre. Y por tanto responsable. El determinismo se convierte en falacia cuando se trata de responsabilidad:

-Perdóneme, por favor, considere que estaba totalmente determinado que yo le daría una bofetada.
-Perdóneme usted, y considere que estaba totalmente determinado que se la devolvería.

Una nota final: no todo tiene causa, el tiempo y por tanto el universo, la aparición de pares partícula-antipartícula en el vacío, las regularidades (leyes) del universo. La física moderna impone estos límites al determinismo clásico, también el principio de indeterminación de Heisenberg que nos impide conocer la posición y velocidad simultáneas de una partícula cuántica y que hace imposible un ideal observador omnisciente.

Lararíii, lararáaa, ¡soy libreeeeeeeeee!, tararíiii, tararáaaaaa, ¡qué libre que soy!

viernes, junio 23, 2006

Esta es graciosa, jeje














Clic en la imagen para agrandar

miércoles, junio 21, 2006

Algo sobre las estrellas

Imaginemos que unos extraterrestres llegan a la tierra para estudiar a los humanos pero que sólo tienen un día (si están más se les cerrará el agujero de gusano por el que han llegado y no podrán volver a su planeta). Deciden hacer todas las fotos que puedan (se camuflan para que no les veamos) con el propósito de estudiarlas luego detenidamente.

Ya en su planeta primero ven que hay gran variedad de humanos y que es notable la diferencia de tamaños, menos de medio metro a más de dos. Hasta que uno se da cuenta y dice: ¡Eureka!, lo que pasa es que los humanos ¡crecen! ¡los pequeñitos se harán grandes, los grandes fueron pequeñitos!

Bien, pues algo similar ocurre con las estrellas y nosotros. No podemos seguir la vida de una estrella inmensa en comparación con la nuestra, pero hay tantas que podemos reconstruirla con instantáneas de estrellas en diferentes momentos de su desarrollo.

El instrumento más notable para saber acerca de la composición de las estrellas es la espectrografía de masas, algo así como el arco iris de una estrella que revela sus elementos según los colores.

El primer elemento que se formo tras el inicio del Big Bang es el más simple, lógicamente, el hidrógeno, con un protón y un neutrón. Los átomos de hidrógeno empezaron a atraerse por gravitación y a formar nubes cada vez más y más densas y sólidas que podrían haber colapsado si no fuera porque la presión y temperatura es tal que el hidrógeno comienza una reacción de fusión que da lugar a helio (dos protones, dos neutrones y dos electrones) y una gran cantidad de energía.

Así pues una estrella se mantiene por el equilibrio entre dos fuerzas, una que tira hacia adentro, la gravedad que tiende a hacer colapsar toda la masa en muy reducido volumen con unas densidades enormes, y la otra que tira hacia fuera debida a energía provocada en las reacciones de fusión.

El desarrollo de una estrella depende de la cantidad de hidrógeno que la forme, es decir, de su masa. Las estrellas muy masivas consumen gran cantidad de energía, son muy brillantes y su “combustible” se acaba pronto, tienen una vida corta (para una estrella, claro), estallan en una supernova y después colapsan en una estrella de neutrones. Las más grandes de todas dan lugar a los famosos agujeros negros.

Con las pequeñas pasa lo contrario, su “combustible” se “quema” lentamente y su vida es muuyyy larga. Tal es así que son las estrellas peor conocidas, todas se parecen y todo lo que se sabe sobre su evolución es teórico ya que todavía ninguna ha llegado a su fin. Duran como un billón de años y el universo sólo tiene 13.700 millones.

Las que tienen una masa intermedia pues, como ya se imaginarán, ni tanto ni tan calvo. Entre ellas está el Sol. Veamos qué sucede. La fusión del hidrógeno da lugar a helio, llega un momento en que hay tal cantidad de helio que se hunde hacia el centro de la estrella y debido a la presión y temperatura comienza así mismo a fusionarse para dar carbono (sí, carbono, del que estamos hechos en gran medida todos los seres vivos de la tierra, somos “polvo de estrellas”) mientras el hidrógeno que queda, como una corteza, se expande como un globo debido al calor generado por estas nuevas reacciones. La expansión produce una bajada de temperatura en la superficie con lo que su color se vuelve rojo: tenemos una gigante roja. En el caso de nuestro Sol crecerá hasta la órbita de Júpiter aproximadamente con lo que la tierra se vaporizará.

A menos que para entonces hayamos descubierto como mover la tierra de su órbita alejándola poco a poco del sol para mantener las condiciones de vida. Da escalofríos sólo de pensarlo pero ya hay quién tiene teorías acerca de cómo podría hacerse. Se va uno al cinturón de asteroides, le pone unos propulsores a uno de buen tamaño y lo envía hacia la tierra lo bastante lejos como para no dañarla pero lo bastante cerca para atraerla hacia así y cambiarla a una órbita un poco mayor. Cada tanto tiempo habría que repetir el proceso. ¿Se imaginan el canguelo?

Bueno, un pequeño esquema para terminar.

Hay que distinguir entre la masa de una estrella en su formación y su masa al final de sus días una vez completada la “secuencia principal”, el largo periodo en que la estrella permanece estable. Se calcula que una estrella con seis veces la masa solar en sus comienzos llegará al final con 1,44 masas solares.

Con menos de 1/10 de la masa solar (iniciales) una estrella no llegaría a serlo, no se darían las reacciones de fusión.

Con 1/10 o algo más de la masa solar tendríamos las estrellas pequeñas, 10.000 veces menos brillantes que el sol pero como dije con una larga vida de un billón de años.

Hasta seis masas solares la estrella se convierte en una gigante roja y luego en una enana blanca, como el Sol.

Con más de seis masas solares iniciales, equivalente a 1,4 finales, la estrella se transforma en una supergigante roja que estalla en supernova para colapsar en una estrella de neutrones.

Con dos o tres masas solares o hasta cinco que es el máximo más o menos, ahora finales, (iniciales mucho más, téngase en cuenta que estas estrellas consumen muchísima energía y pierden mucha masa), se convierte en una supergigante roja y luego en un agujero negro. En estas la secuencia de fusión es completa. Hidrógeno en helio, helio en carbono, carbono en oxígeno, oxígeno en neón, neón en magnesio, magnesio en silicio, silicio en azufre, y así hasta llegar al hierro. El hierro ya no se fusiona, por tanto no hay fuerza expansiva y la gravedad desploma la masa hasta su centro alcanzando densidades de millones de toneladas por centímetro cúbico. Flipante.

¿Se imaginan un agujero negro… en el bolsillo?

martes, junio 20, 2006

Estos son feos pero se quieren mucho














Clic en la imagen para agrandar

Avispa abollada zampándose una chuletita














Clic en la imagen para agrandar

Un cuentecito para variar

Desperté en la oscuridad. En seguida tuve el recuerdo de lo que había pasado. Mi colega Nika, demasiado colocada con MNI, se había empeñado en conducir el turbomovil y se salió de nuestro carril para meterse en el de los pterodáctilos. Pequé un grito justo cuando el pico enorme de uno de ellos atravesó el parabrisas en dirección a mi garganta.
Intenté moverme pero no pude, aunque sentía mis extremidades no estaban allí. Pregunté si había alguien pero no escuché mi voz. Sentí un cierto pánico pero podía imaginar lo que sucedía así que traté de comunicarme con el pensamiento. No tuve éxito. Se supone que en estas circunstancias aparece un asistente para darte explicaciones y tranquilizarte, pero no aparecía y la verdad es que me sentía bastante intranquilo. ¡Cómo es posible que no se estén ocupando de mí!, grité de pensamiento, ¡les voy a meter un pleito que se van a cagar!
Pensé que era mejor relajarme pero ni siquiera podía respirar con suavidad para hacerlo, de hecho no respiraba en modo alguno, claro. Ahora me tocaría esperar al menos un par de meses dentro de la puta tarjeta de memoria hasta que mi clon hubiera madurado, así que paciencia, me dije, amagando involuntariamente un suspiro inexistente.
Hasta que por fin pensé algo que no me pertenecía:
Bienvenido a la unidad de procesamiento cerebral de Microsoft. Se ha producido un error en Windows 3000. Por favor, espere. En cuanto se haya subsanado el error le conectaremos a una realidad virtual para que disfrute mientras su clon está listo para el volcado de memoria.
Debido a su escasa cotización a la seguridad social le corresponde una realidad virtual de quinto grado: escenario en blanco con imagen borrosa de jugador de ajedrez, damas o mús. Le recomendamos que de ahora en adelante aumente su cotización y le recordamos que en el grado uno podría haber vivido una aventura extremadamente divertida repleta de sexo, placeres y acción.
Bienvenido a la unidad de procesamiento…
¡Puto Microsoft! ¡Les voy a meter una demanda que se van a cagar! pensé comenzando a resignarme.

jueves, junio 15, 2006

Este está grillado














Clic en la imagen para agrandar.

La Pervivencia de la Consciencia

Así pues, siguiendo el post del otro día sobre la moral, tenemos bases para establecer una moral al margen de la religión, la cuestión ahora es ¿qué moral?, ¿qué principios morales?

Por supuesto es cosa de cada uno. Pero a mí personalmente, el enfoque y el principio moral que más me ha llamado la atención es el del ya mencionado en un post anterior, Moredan, que expongo en versión libre. Empieza por preguntarse cuál es el mayor bien. La respuesta no es razonada sino arbitraria, un sentimiento, el de maravillarse y sentir como algo grandioso, sagrado, el hecho de que seamos capaces de pensar “yo”, es decir la autoconsciencia, o simplemente consciencia. Una capacidad de nuestra mente, propiedad emergente del desarrollo del cerebro en el ser humano a través de la evolución biológica. Nuestra capacidad de reflexión, de comunicarnos con un lenguaje complejo, de hacer modelos del mundo y de nosotros mismos para comprenderlo y ubicarnos, de decidir nosotros mismos el sentido del universo. Somos la parte infinitesimal del universo con consciencia, ese raro tesoro, y tenemos el deber de conservarlo.

Así pues la pervivencia de la consciencia es el axioma moral fundamental. Suena un poco raro, distante, muy teórico y de escasa aplicación práctica, al menos así me sonó a mí la primera vez que lo leí. Pero hay algunos pasos que nos van acercando a su comprensión. El primero es considerar que hoy por hoy, para nosotros, la pervivencia de la consciencia pasa por la pervivencia de la humanidad, de modo que podemos hacer un primer juicio, que todo aquello que propicie la pervivencia de la humanidad y la aleje de su aniquilación es bueno, lo que la perjudique y nos aproxime a la aniquilación, malo.
Dando un paso más, lo siguiente que vemos como bueno, que más puede favorecer nuestra pervivencia, es que la humanidad debe ser más sabia y más poderosa. Sabia, tanto en el sentido de que la investigación científica dé soluciones a los problemas de la humanidad, como también para que tengamos sociedades más justas, más pacíficas, más equilibradas y cooperadoras. Poderosa, referido a la parte práctica de lo anterior, dotarnos de recursos suficientes que hagan posible la pervivencia.

Todo esto nos conduce, y al mismo tiempo lleva implícito, al humanismo. Si queremos una humanidad sabia y poderosa apostamos por la democracia, los derechos humanos, la libertad individual.

Podemos preguntarnos ¿según este axioma moral, qué sentido tiene encarcelar a un asesino?, ¿acaso depende de ello que la consciencia perviva o deje de hacerlo?, y por otro lado ¿diré que es malo asesinar porque perjudica la pervivencia de la consciencia?
Digamos que una sociedad que no encarcelase a los asesinos, que permitiera los asesinatos, se volvería caótica y las posibilidades de extinguirse aumentarían notablemente. Responder sí a la última pregunta tal vez parezca muy lejano y frío, ajeno al sentimiento de repulsa que sentimos ante un crimen. Pero no hay razón para lo contrario. La respuesta es sí, diré eso exactamente. Pero puedo decir otras cosas, depende del nivel de abstracción en que me sitúe, la razón y los sentimientos no están reñidos, al menos en este caso. Puedo decir que asesinar es malo por el valor que tiene la vida humana, o simplemente ponerme en el lugar de los allegados al muerto y sentir compasión por su dolor.

Tengo una teoría. Hay gente que piensa que la conciencia (no “consciencia”) es la que nos dice lo que está bien y lo que está mal. No negaré que esto sea cierto en alguna medida. Si me remuerde la conciencia por algo será y tendré que pensar si realmente hice algo mal y qué fue, pero ¿existe una conciencia innata que modela nuestros principios morales o son nuestros principios morales los que modelan nuestra conciencia?
Seguro que hay una parte innata, heredada, no lo niego, pero esa conciencia no siempre coincide con lo que consideramos moralmente bueno. Un chascarrillo sobre una persona puede llevarme a excluirle sin sentir mala conciencia en absoluto. Son cosas que pasan todos los días. Irreflexivamente. Pero si lo pensamos probablemente veamos la perversidad de tal manera de actuar.
Y por otro lado principios morales como los del nazismo o el estalinismo llevaron a mucha gente a la mayor crueldad con la conciencia de estar haciendo lo mejor.
Un cambio en nuestros propios principios morales hace que lo que antes nos repugnaba deje de hacerlo. Por ejemplo un creyente que siente una blasfemia como un mazazo y tras hacerse ateo incluso puede blasfemar y quedarse tan pancho.
Así que pienso que mayormente son nuestros principios morales los que deciden cuando tendremos mala conciencia y esta será un indicador de incoherencia con los propios principios.

martes, junio 13, 2006

Abeja (creo)

Otra mariposa

Sobre la evolución como escalera.

Quien más quien menos todo el mundo tiene una idea sobre lo que es la evolución, pero, lamentablemente, la imagen más frecuente –y hay que ver el poder que tienen las imágenes-, con la que asociamos la evolución es la sucesión de instantáneas desde el mono peludo caminando a cuatro patas hasta el hombre erguido y sin pelo -en algunos casos con traje y maletín.

En tiempos de Darwin la idea de progreso humano estaba muy en boga y la nueva teoría venía a confirmarla y ampliarla, simplemente alargando la escalera del progreso cuyos escalones elevan al ser humano hasta su condición actual, alargándola digo hacia atrás en el tiempo, hasta los monos y más allá, las primeras células vivas y si me apuran el mismísimo Big Bang.

Así, si todas las especies provenimos de un antepasado común, podemos imaginar el árbol filogenético como un tronco del que salen ramas que se dividen y subdividen cada vez más, de manera continua y progresiva, hasta formar las diferentes especies actuales -con el hombre a la cabeza-. Pero esta manera de entender la evolución biológica no se corresponde con la realidad. (Ni por supuesto la de que el universo está dispuesto, diseñado, para la aparición del hombre y su dominio del mundo, pero este es otro tema)

En contraposición a la concepción en escalera y del arbusto tal y como lo he descrito, tenemos la del arbusto como se presenta realmente a los estudiosos, mucho más difícil de describir por su carácter laberíntico. Por señalar algún ejemplo, en el principio, el antepasado común dio lugar a muchas más clases de organismos de las que existen actualmente (reptiles, aves, etc.) que se extinguieron pronto. Otro ejemplo, en algún momento hubo cantidad de équidos diferentes de los que hoy perduran el caballo, el burro y la cebra nada más. Recientemente ha salido a la luz una investigación según la cual homínidos y chimpancés estuvimos (estuvieron tal vez sería mejor) procreando juntos, lo que complica un poco dilucidar si venimos o no del mono, tal vez lo hacemos de una manera más directa de lo que pensábamos. También hubo momentos en que diferentes homínidos convivían. De todo ese matorral solo quedamos nosotros.

Volviendo al meollo, sabemos que la evolución no es progresivamente ininterrumpida. Durante largos periodos de millones de años, las especies han encontrado un equilibrio y se mantienen sin cambios, sólo a veces, principalmente por alteraciones en el medio ambiente, las mutaciones que hacen que sus portadores se adapten mejor a la nueva situación dan lugar a nuevas especies, que a veces pueden coexistir con las viejas durante largos periodos. El proceso de generación de especies nuevas es relativamente rápido, del orden de miles o decenas de miles de años. Y muchas de aquellas especies que habían alcanzado el equilibrio, que podríamos considerar el peldaño más alto, evolucionado y perfecto de una escalera, se extinguen.

Hasta no hace mucho, cada vez que se encontraban los restos de un homínido nuevo se le adjudicaba un peldaño de la escalera. Para contrarrestar la famosa imagen de que hablaba al principio, esta del árbol de los homínidos tal como se ve actualmente.

http://www.mundofree.com/origenes/evolucion/arbolhominidos.html

Para terminar una pequeña disquisición. ¿El ser humano en la cúspide de la evolución? El cerebro grande ha sido ventajoso para nosotros y nos ha permitido sobrevivir como especie, igual que el tamaño a los elefantes, o la pequeñez a los colibrís. Eso sin considerar la proliferación de insectos, y otros organismo mucho más pequeños y tontos que llevan muchos más años sobre la tierra y siguen tan campantes. Una abeja podría decir: ¿cómo va a ser el hombre la especie más evolucionada si ni siquiera es capaz de guiarse por el magnetismo de la tierra?

Hace poco leía que los tiburones, veteranos del océano (400 millones de años), están mucho mejor “diseñados” que el hombre, tanto es así que incluso tienen defensas contra el cáncer. Aunque lamentablemente -y perdonen esta disquisición final fuera de tema pero es que lo acabo de leer-, siguiendo la receta habitual de derroche de nuestro sistema económico, ahora se les corta las aletas (cinco por ciento de su peso) para hacer sopa de aleta de tiburón, y se les devuelve al mar sin posibilidades de sobrevivir. Sería chunguísimo que se extinguieran.

lunes, junio 12, 2006

Moral.

Miro el mundo y veo muchas cosas que no me gustan, son de una manera pero pienso que deberían ser de otra. Para saber como son uso la razón, pero para definir como deberían ser no encuentro fundamento en la razón. Con la razón hago juicios de existencia, esto existe, esto no existe, esto es verdadero esto es falso, y ahora quiero hacer juicios sobre la bondad o maldad de las cosas. Que exista el crimen no me dice nada sobre su bondad o su maldad. Así que igual que en el caso de la razón uso axiomas que acepto arbitrariamente, sin posible demostración, ahora tomo un o unos axiomas morales elegidos también enteramente según mi parecer –mis tripas, mis sentimientos. A partir de esos axiomas, utilizando ya sí la razón, obtendré normas morales generales y su aplicación a casos concretos.

A muchas personas la palabra moral les suena fatal, la identifican con la moral religiosa, la moral burguesa, las buenas costumbres... Entiendo como moral todo sistema que permite decidir qué está bien y qué está mal, así pues estas personas probablemente también tienen su moral, también hay cosas que les parecen buenas y cosas que les parecen malas, sólo que su moral no coincide con la de ninguna religión, etc.

También hay quien opina que desde un punto de vista agnóstico o ateo, considerando que no existe el alma y que ni el universo, ni la vida, ni el ser humano tienen propósito alguno, no se puede establecer un sistema moral, ¿Qué nos impide hacer cuanto esté en nuestra mano para el provecho propio, máxime considerándonos producto de nuestro genes egoístas?

Indudablemente no necesito a ningún dios que me diga qué está bien y qué está mal y que me amenace con grandes sufrimientos para que yo tenga mi propio criterio. Así que este asunto dejémoslo aquí. En cuanto a los genes egoístas está demostrado de muchas maneras diferentes y es fácil de comprender que hay infinidad de circunstancias en las que la cooperación puede proporcionar muchos más beneficios que la rapiña.

El hecho es que tenemos sentimientos, producidos por la evolución biológica, que componen el sentido moral. Según Haidt se pueden dividir en cuatro grandes familias:

-Sentimientos de condena del otro que inducen a castigar a los tramposos: desprecio, ira, indignación.

-Sentimientos de elogio del otro que inducen a recompensar a los altruistas: la gratitud, la admiración o sentimiento de elevación y respeto.

-Sentimientos ante el sufrimiento que inducen a ayudar al necesitado: comprensión, compasión, empatía.

-Sentimientos de conciencia que nos inducen a evitar el engaño y reparar sus consecuencias: culpa, vergüenza, oprobio.

El problema es a qué o quién aplicamos estos sentimientos. Imaginemos que trazamos un círculo a nuestro alrededor, dentro de él lo que creemos digno de consideración moral, fuera lo que no.

Considero que un avance moral es la ampliación de este círculo. De lo más primario, sólo yo mismo soy digno de consideración moral, se amplía el círculo a la familia, a los amigos, a los de Villabajo contra los del Villarriba, a mi patria, o mi clase o mi raza. En la historia vemos algunos de estos avances morales: de los aristócratas a todo el pueblo, de una raza a otras, de los hombres a las mujeres, a los niños, a los recién nacidos, y también a los delincuentes, los prisioneros de guerra, los enemigos civiles, los discapacitados mentales, también ahora, según parece, a los chimpancés, orangutanes y gorilas. Y esperemos que igualmente a los ecosistemas y a todo el planeta como sistema único y complejo.

Al principio dije que los axiomas morales se aceptan o no arbitrariamente. Hay quien piensa que está en nuestra naturaleza saber qué está bien y qué está mal y tal vez esto que he expuesto parezca confirmarlo. Pero no lo creo así. La naturaleza es compleja y nos dota con toda clase de impulsos, está en nuestra mano discernir los buenos de los malos y cada cuál se las tiene que apañar con ello. Un ejemplo: por naturaleza sentimos repelús ante la sola idea de acostarnos con un hermano o hermana, pero ¿quién condenaría a dos hermanos que libremente decidieran hacerlo, especialmente si toman precauciones y evitan lo que, por naturaleza, provoca el repelús: los hijos malformados?

Abandonar cualquier tipo de "patriotismo" egóico, no excluir a nadie de nuestro círculo de consideración moral, es una vía coherente con nuestra naturaleza de lograr un mundo mejor, y no necesita de almas ni dioses ni más sentido del mundo que el que nosotros queramos darle.

(Ver “La tabla rasa” de Steven Pinker)

martes, junio 06, 2006

Los cuatro que faltan.


Los otros cuatro axiomas no pertenecen a la lógica pero sí a la razón.

La deducción y la inducción nos sirven para el razonamiento, con ellas damos los pasos lógicos. La deducción va de lo general a lo particular, y por ello las conclusiones a que se llegue mediante deducción serán necesariamente verdaderas por que están implícitas en las premisas, (siempre y cuando estas sean verdaderas), tenemos el ejemplo de Micifú: los gatos son felinos, Micifú es un gato, luego Micifú es un felino. La inducción va de lo particular a lo general y por tanto las conclusiones que se obtengan serán verdades generales o probables, pero no necesarias, o, dicho de otro modo, verdades hasta que aparezca una excepción que las false. La inducción es, según se dice, la que aporta verdadero conocimiento pues, mediante ella, de la observación de la realidad, de algunos casos particulares, extraemos leyes universales. Pero de estás leyes volvemos a lo particular mediante deducción. De manera que ambas se complementan.

Sobre la percepción ya dije algo en anteriores entradas. Tomo mis percepciones como hechos, lo que percibo lo percibo. Y hablo únicamente de mis percepciones y no de la realidad que haya tras ellas.

La parsimonia se define así: “Entre dos teorías que expliquen los mismos hechos, se considera correcta la que introduzca menos complejidad en el sistema considerado”.
Es equivalente a la navaja de Occam (no multipliques objetos sin necesidad), principio escéptico (si no hay razones para creer algo, no lo creas) y preponderancia de la negación (la ausencia de prueba sí es prueba de ausencia), son diferentes maneras de enunciar un mismo principio.

La parsimonia es el axioma por el que negamos la existencia de los pitufos, de Superman o de Dios, o por el que descartamos que las formas de las nubes son un código cifrado mediante el cual los espíritus intentan comunicarse con nosotros, o cualquier otra explicación fantástica que se nos ocurra para cualquier hecho. No usar este principio nos conduciría a dudar de cualquier teoría que a alguien se le pueda ocurrir, pongo un ejemplo:

Tomemos el hecho de que la gente en general admitimos que dos y dos son cuatro. Veamos posibles explicaciones.

-Que dos y dos son cuatro.
-Que unos extraterrestres súper tecnológicos nos implantaron hace miles de años un gen indetectable por nosotros para que todos creyéramos (equivocadamente) que dos y dos son cuatro.

La segunda introduce más complejidad que la primera: la existencia de unos seres extraterrestres, los motivos por los que hicieron eso… Así que por parsimonia la descartamos y nos quedamos con la primera aunque no podamos demostrar (por otro medio que la misma parsimonia, claro está) que la segunda sea falsa. (Esto tiene que ver con el criterio de falsabilidad que trataré más adelante. Una teoría para la que no se puede imaginar un contexto en el que se demostrase falsa no es científica)

Un caso peculiar: Los agnósticos suelen usar la parsimonia con los pitufos y Superman pero por algún motivo extraño no lo hacen con Dios. Sin embargo es exactamente lo mismo. Y el motivo principal de que yo sea ateo.

domingo, junio 04, 2006

Amapola

 Posted by Picasa

Axiomas lógicos

Los tres primeros axiomas antes mencionados, identidad, no contradicción y tercio excluso, son los axiomas de la lógica. En ocasiones se obvia el primero por estar íntimamente emparentado con el segundo. Se podrían formular juntos, A es A y no puede ser no A. Tercio excluso significa que para un aserto determinado o es verdadero o es falso y no caben terceras posibilidades. Así en lógica “los gatos son felinos y los perros moluscos” es falso, afirma una conjunción y conque una de sus partes sea falsa todo el aserto se considera falso. Sin embargo “los gatos son felinos o los perros moluscos” es verdadero. Del mismo modo si digo el cielo es azul, o es verdadero o es falso. Se podrá objetar que no siempre es azul, y derivar de ahí terceras posibilidades. Pero la lógica no se ocupa de la verdad o la falsedad de las premisas, si los gatos son o no son felinos tendré que dilucidarlo por otros medios, y que demos por verdadero o por falso “el cielo es azul” dependerá del contexto. En todo caso la lógica tiene por objetivo evitar las ambigüedades del lenguaje tal como lo usamos comúnmente y decir con la mayor precisión lo que queremos decir. Así siempre se puede matizar, si conviene y no trae complicaciones innecesarias: de día, despejado de nubes, el cielo es azul.

Brevísima explicación sobre la lógica para que se entienda mejor lo dicho hasta aquí.

Toda demostración lógica consta de unas premisas, o proposiciones que damos por verdaderas, de unos pasos lógicos, y de una conclusión. La lógica no se ocupa de verificar las premisas, sí se ocupa de la corrección de los pasos lógicos. Si digo:

Todos los gatos son felinos.
Micifú es un gato.
Luego Micifú es un molusco.

vemos que algo falla. De las premisas, verdaderas, no se sigue por deducción la conclusión. Es un razonamiento no válido. La lógica lo impugna. Si digo:

Todos los gatos son moluscos.
Micifú es un gato.
Luego Micifú es un molusco.

tambien vemos que algo falla. Este razonamiento es válido, si las premisas fueran verdaderas la conclusión sería verdadera porque el paso lógico está bien hecho. Pero la primera premisa falla, no es verdad que todos los gatos sean moluscos. El primer razonamiento era verdadero en sus premisas pero no válido, el segundo era válido pero no verdadero. Si digo:

Todos los gatos son felinos.
Micifú es un gato.
Luego Micifú es un felino.

Ahhhhh, por fin, ahora podemos respirar tranquilos. Premisas verdaderas y validez. Por fin un razonamiento “sólido”.

Y un comentario personal.

La primera vez que tome de la biblioteca un libro sobre teoría del conocimiento, lleno de gatos que son felinos, elefantes que son más grandes que ratones, Sócrates que son humanos y griegos, me pareció de una simpleza y obviedad tal que no pasé de las veinte primeras páginas. Una llamada “teoría del conocimiento” de lo único que me informaba es de que Micifú es un felino, pues vale, pero yo quería saber más cosas y más interesantes.
Fue bastante tiempo después cuando llamó mi atención ver como se aplica en el debate, como se desmenuza un argumento de los que corrientemente se ven en los foros. Al formalizarlos en forma de premisas, pasos y conclusión se revela con claridad las falacias que encierran. Así mismo uno se da cuenta de como muchos debates se convierten en diálogos de sordos.
En este mundo de vendedores y políticos con preeminencia del lenguaje persuasivo no viene nada mal saber un poco de lógica, es mucho más difícil que nos la den con queso.
También empieza uno a cuestionarse algunas ideas propias, cosas que siempre hemos pensado como un hábito mecánico, descubrimos que no son correctas y las dejamos de lado. Se va formando el hábito de pensar desapasionadamente. No quiero decir con esto que se pierda la pasión, pero se descubren con mayor facilidad los propios prejuicios y cuesta menos acercarse a la verdad y sacarse el óxido de encima.
Incluso resulta más fácil defenderse de las ironías y sarcasmos con que a veces nos sacude el prójimo en el devenir cotidiano.
Ayuda y mucho a centrar las cosas y darles su justa medida.

Les invito a todos a acercarse a la lógica. Una manera divertida es a través de las falacias. Pienso en escribir sobre algunas más adelante pero en google se encuentra fácilmente. Si acaso a alguien le ha entrado la comezón y no puede esperar ;)

jueves, junio 01, 2006

Los axiomas de la razón.


Los axiomas siguientes dan lugar al sistema de conocimiento que llamamos razón, tal vez puedan formularse de otro modo pero yo me los he aprendido así:

-Identidad.
-No contradicción.
-Tercio excluso.
-Percepción.
-Deducción.
-Inducción.
-Parsimonia.

Son axiomas y por tanto indemostrables, se aceptan o no se aceptan.

Hay que observar que muchas personas, por no decir todas, los utilizan aunque no los apliquen sistemáticamente. Utilizan lo que llamamos “sentido común”, la razón sería el sentido común sistematizado. Así pues se puede ser razonable sin aceptar la razón como sistema de conocimiento.

Otros sistemas de conocimiento serían la fe, la intuición, la revelación… Todos ellos tienen en común, en tanto que pretenden explicaciones totales, basarse en algún hecho bruto indemostrado, es decir en axiomas o, si se quiere, dogmas. Así que no creo en la superioridad de la razón frente a los demás.

Por ejemplo, algunos racionalistas, cientifistas, materialistas… objetan a los cristianos de argumento circular el creer que la Biblia ha sido escrita o inspirada por Dios porque lo pone en la Biblia, y olvidan la indemostrabilidad, incluso contradicción, entre sus propios axiomas. La fe, la razón, etc., están en ese sentido al mismo nivel. La razón es mejor visto desde la razón, la fe es mejor visto desde la fe., etc.

Yo lo veo desde la razón así que para mí es mejor la razón (lo contrario sería bastante estúpido, al menos desde la razón), considero que su capacidad descriptiva y predictiva así como sus aplicaciones prácticas superan con creces las de cualquier otro sistema. Pero difícilmente puede hacer algo por la salvación de mi alma o por la evolución kármica, así que no trataré de imponerla a quienes crean que esto es lo importante.

Tal vez me revuelva furioso cuando alguien pretenda entrar en mi terreno y use la ciencia para justificar teorías metafísicas o pretenda demostraciones lógicas de la existencia de espíritus, especialmente si tergiversan lo que digo, pero por otro lado me alegraré si a partir de ciertas premisas que no comparta pero me parezcan benignas, se usa la razón, la lógica en este caso, para extraer conclusiones. En un mundo razonable cabemos (casi) todos.

Mariposa

Estos bichitos se los dedico a Dalianegra, para que se le quite el mal sabor del que puse el otro día. Chula la mariposa, eh. Primero vi una pero se escapaba. Sin embargo esta, se puso a revolotear a mi alrededor y se quedó allí mismo, como una modelo coqueta, a chupar flores. Se puede ver la famosa lengua desenrollada. Posted by Picasa

Flor con bichito

 Posted by Picasa

Bicho

 Posted by Picasa
HispaLab
HispaLab