martes, junio 13, 2006

Sobre la evolución como escalera.

Quien más quien menos todo el mundo tiene una idea sobre lo que es la evolución, pero, lamentablemente, la imagen más frecuente –y hay que ver el poder que tienen las imágenes-, con la que asociamos la evolución es la sucesión de instantáneas desde el mono peludo caminando a cuatro patas hasta el hombre erguido y sin pelo -en algunos casos con traje y maletín.

En tiempos de Darwin la idea de progreso humano estaba muy en boga y la nueva teoría venía a confirmarla y ampliarla, simplemente alargando la escalera del progreso cuyos escalones elevan al ser humano hasta su condición actual, alargándola digo hacia atrás en el tiempo, hasta los monos y más allá, las primeras células vivas y si me apuran el mismísimo Big Bang.

Así, si todas las especies provenimos de un antepasado común, podemos imaginar el árbol filogenético como un tronco del que salen ramas que se dividen y subdividen cada vez más, de manera continua y progresiva, hasta formar las diferentes especies actuales -con el hombre a la cabeza-. Pero esta manera de entender la evolución biológica no se corresponde con la realidad. (Ni por supuesto la de que el universo está dispuesto, diseñado, para la aparición del hombre y su dominio del mundo, pero este es otro tema)

En contraposición a la concepción en escalera y del arbusto tal y como lo he descrito, tenemos la del arbusto como se presenta realmente a los estudiosos, mucho más difícil de describir por su carácter laberíntico. Por señalar algún ejemplo, en el principio, el antepasado común dio lugar a muchas más clases de organismos de las que existen actualmente (reptiles, aves, etc.) que se extinguieron pronto. Otro ejemplo, en algún momento hubo cantidad de équidos diferentes de los que hoy perduran el caballo, el burro y la cebra nada más. Recientemente ha salido a la luz una investigación según la cual homínidos y chimpancés estuvimos (estuvieron tal vez sería mejor) procreando juntos, lo que complica un poco dilucidar si venimos o no del mono, tal vez lo hacemos de una manera más directa de lo que pensábamos. También hubo momentos en que diferentes homínidos convivían. De todo ese matorral solo quedamos nosotros.

Volviendo al meollo, sabemos que la evolución no es progresivamente ininterrumpida. Durante largos periodos de millones de años, las especies han encontrado un equilibrio y se mantienen sin cambios, sólo a veces, principalmente por alteraciones en el medio ambiente, las mutaciones que hacen que sus portadores se adapten mejor a la nueva situación dan lugar a nuevas especies, que a veces pueden coexistir con las viejas durante largos periodos. El proceso de generación de especies nuevas es relativamente rápido, del orden de miles o decenas de miles de años. Y muchas de aquellas especies que habían alcanzado el equilibrio, que podríamos considerar el peldaño más alto, evolucionado y perfecto de una escalera, se extinguen.

Hasta no hace mucho, cada vez que se encontraban los restos de un homínido nuevo se le adjudicaba un peldaño de la escalera. Para contrarrestar la famosa imagen de que hablaba al principio, esta del árbol de los homínidos tal como se ve actualmente.

http://www.mundofree.com/origenes/evolucion/arbolhominidos.html

Para terminar una pequeña disquisición. ¿El ser humano en la cúspide de la evolución? El cerebro grande ha sido ventajoso para nosotros y nos ha permitido sobrevivir como especie, igual que el tamaño a los elefantes, o la pequeñez a los colibrís. Eso sin considerar la proliferación de insectos, y otros organismo mucho más pequeños y tontos que llevan muchos más años sobre la tierra y siguen tan campantes. Una abeja podría decir: ¿cómo va a ser el hombre la especie más evolucionada si ni siquiera es capaz de guiarse por el magnetismo de la tierra?

Hace poco leía que los tiburones, veteranos del océano (400 millones de años), están mucho mejor “diseñados” que el hombre, tanto es así que incluso tienen defensas contra el cáncer. Aunque lamentablemente -y perdonen esta disquisición final fuera de tema pero es que lo acabo de leer-, siguiendo la receta habitual de derroche de nuestro sistema económico, ahora se les corta las aletas (cinco por ciento de su peso) para hacer sopa de aleta de tiburón, y se les devuelve al mar sin posibilidades de sobrevivir. Sería chunguísimo que se extinguieran.

2 Comments:

Blogger DaliaNegra said...

Interesante tu post.Yo sí creo que el hombre está en la cúspide de la evolución,desde un determinado punto de vista, claro.Si por cúspide se entiende guiarse por el magnetismo de la tierra,no,definitivamente.
Pero creo que la capacidad de análisis de sí mismo y del entorno,la de poner la memoria fuera,son cosas que lo colocan en esa situación.
se observa a sí mismo, es capaz de modificarse a sí mismo,es capaz de modificar la naturaleza,etc.
Que en ocasiones eso sea nefasto,pues sí, lo es.
Y que puntualmente o en cosas más compositivas otros seres vivos estén mejor diseñados, pues también.
Esa disquisición sobre las aletas de los tiburones me ha puesto los pelos como escarpias.A los que hacen eso les colgaría de las pelotas un buen tiempo,a ver si aprendían.En fin.
Un beso:)

14/6/06 17:24  
Blogger Esscarolo said...

Si, claro. Yo también soy humano, desde mi punto de vista la capacidad de ser conscientes de nosotros mismos es lo más de lo más.

Lo de los tiburones es una salvajada. Además pienso yo que toda el resto del tiburón antes se lo comerían los que no tuvieran pasta para sopa de aleta y ahora se habrán quedado sin comer tiburón.

15/6/06 12:32  

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