Es muy triste lo que ha dicho el Papa al respecto de los preservativos, por su culpa enfermarán y morirán personas que estaban sanas. Es indignante si lo asociamos con la campaña del lince en contra de la ley del aborto partiendo de su máxima "en defensa de la vida". Pero también me alegra ver que por primera vez, que yo sepa, han saltado voces "importantes" (Francia, Inglaterra, cristianos de base, etc.) criticando con dureza las palabras del Papa y exigiéndole que acate el dictamen de la ciencia.
Deja la sensación de que se han quedado con el culo al aire, un tufillo en el ambiente a medievo rancio y anquilosado, aunque la cabeza que rueda por el cadalso tiene sonrisilla de rata. Y el verdugo es el humanismo. (Más quisiera, aun le queda vida a la rata)
La misma impresión aunque menos intensa queda de Bush y los neocons tras el triunfo de Obama. La historia lo recordara como el peor presidente de los EE.UU.
Otro aroma, el del obsoleto liberalismo antiintervencionista y mangonero.
Y por estos lares, los del PP, lo que van dejando es algo más que tufillo: un hedor profundo y penetrante a mierda corrupta; algún incondicional habrá que no lo soporte y cambie de bando, aunque, la verdad, con esta gente nunca se sabe.
Jeje, y el otro día, Rouco, si no recuerdo mal, quejándose de que cada vez hay menos bautizos y anunciando una cruzada de reevangelización de España. Cuando lo leí se me pusieron los pelos de punta, pero na... luego ya me entró la risa.
Otra: con lo del hermanito, los embriones y eso.
En fin, que aunque sea por el barro algo avanzamos, me parece a mí, al menos en saber dónde estamos cada uno y algunos errores que no nos podemos permitir. Ahora falta que los liberales progres (si los hay) se pongan las pilas y le echen coraje.
(Y no como aquí, en Zaragoza, que el alcalde Belloch, socialista él, y malnacido, prohibió el autobús ateo, con la ilusión que me hacía).